Alza la vista. Venga, hazlo de una
vez. ¿Ves ese pequeño punto brillante en el cielo? No, ahí no, boba… Ese punto
que cada vez parece más pequeño, junto a ese trío de estrellas, ¿Logras verlo?
Es cierto, es diminuto, es casi imposible de localizar… Y si te entretienes con
algo durante unos segundos te aseguro que lo perderás de vista por completo.
Tan solo un poco de tiempo perdido y… lo perderás del todo, no podrás
recuperarlo jamás. ¿Pero porqué lo has dejado volar? ¿Por qué has dejado que
ese pequeño farolillo de luz, de fuego, se alce, libre, sin algo que pueda
hacer que vuelva a ti de nuevo? ¿Acaso querías perderlo de vista? Ah… Es
cierto, es bonito. Es algo bonito y creías que era justo dejarlo ir.
Ese farolillo antes no era tan pequeño.
Lograbas tocarlo con las manos, y aunque no era gigante, lograba hacer que una
sonrisa ladeada, como mínimo, se colocase sobre tus apretados labios. ¿Y ahora
qué? ¿Estás contenta de haberlo dejado escapar, o por el contrario, sientes que
falta algo cerca de ti?
¿Ahora tienes frío? ¿No habías
pensado en ello antes…? Deja de escucharme por unos segundos, céntrate en ti
misma. No. Siquiera pienses en lo que ese farolillo, de poder sentir, querría.
¿Crees que te hacía sentir bien? Claro que sí, claro que te hacía sentir bien…
Te hacía sentir única, diferente. Sentías su luz entre tus manos, entre tanta
oscuridad. Eras la persona más brillante de todo el descampado. Eras la llama
recién encendida entre la más espesa niebla. ¿Así te sentías? Entonces, dime.
¿Por qué lo has dejado marchar? ¿Por qué has dejado que se resbalase de entre
tus dedos esa oportunidad de hacerte sentir completamente llena? ¿Por qué has
dejado que se alejase, sin un billete de vuelta? ¿Ahora quieres que vuelva?
Lo lamento, ahora está demasiado
lejos, y es demasiado tarde.
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