Y tú, ¿Eres o pareces?

sábado, 14 de junio de 2014

Arde.



¿Qué miras? Sí, te hablo a ti. ¿Te gusta mi cara? 
¿Te parece que tengo unos labios bonitos, quizás, el color de mis ojos te llama la atención?
Pues golpéame. Golpéame y destripa la sinrazón.
Rompe algo bello, haz algo contraproducente, siéntete mal.
El dolor físico es una sensual caricia para las personas que padecen de una mente torturada.

¿Solo puedes hacer eso? ¿Es lo único que puedes darme? Aún no he gozado del sabor metálico de la sangre.
No tengas miedo, no temas, te lo agradeceré cuando logre recuperarme. 
¿Sabes lo que es combatir contra ti mismo y no poder hacer nada?
Necesito un verdadero motivo por el que quejarme. Un brazo roto, el labio, una patada en los testículos…

El jadeo, el pornográfico sonido del dolor en forma de aliento. Me tiemblan las piernas, las manos, entreabro los labios y aprieto los dientes mientras dejo que el último quejido lastimero llene la asfixiante habitación fuera de mi palacio de cristal.

No. Aún no trato de incorporarme. Solo cojo aire y sonrío…
Es bienvenido todo aquel dolor físico no proporcionado por uno mismo.


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