Y tú, ¿Eres o pareces?

domingo, 16 de diciembre de 2012

The worst enemy is the time.

Se escucha un profundo llanto en la sala.
Apoyada en el marco de la puerta busco con la mirada de que garganta procede.
El silencio de fondo es insoportable, lo logro hayar el latido de mi corazón tras esos horribles ruidos lastimeros.
De pronto veo algo en el suelo, un charco de sangre aparece ante mis ojos...

¿De dónde has brotado, líquido viscoso color rojo profundo?

Alzo la vista y te veo... Tirado en el suelo, con la tez más pálida de lo normal, tus atrayentes labios ligeramente morados.
Pareces tan frágil como el cristal.
Tu mirada vacía y cristalina, perdida, no busca un punto fijo.
Caigo de rodillas contra el suelo, a tus pies... Apoyo las manos en el mismo y sin darme cuenta rozo tu sangre...

Semejante a la mía...

Un momento. Algo ocurre.

Alguien tira de mí, escucho de nuevo ese horrible llanto tras mi espalda. Este enseguida se convierte en una profunda risotada. Espeluznante.

- Bienvenida.

Dice con burla a la vez que clava una daga en mi pecho.

- Se te acabó el tiempo.

Despierto.


Gritar de felicidad... vivir y sentirlo...

Vivir es mirar al cielo cuando llueve y sentir millones de minúsculas gotitas chocar contra tu piel, es mirar a quien quieres y temblar de amor, es comerte la felicidad a mordiscos de cena con tus amigos. Vivir es tirarte con ropa a la piscina, ser sorprendido como nunca antes, y tocar la ventada del avión mientras sientes las nubes. Vivir es llorar de emoción hasta que no puedas respirar, vivir es beberte el día a sonrisas y la noche a canciones, y vivir es aprenderte la misma palabra en ocho idiomas. 
Pero yo sólo quiero vivir si es contigo.


Recordar el pasado es pecado.

Me quedo en la cama, con la mirada perdida mirando por la ventana.
Toda clase de pensamientos recorren mi mente, por un laberinto de sueños y fantasías difíciles de encontrar. La música vuelve a sonar, sin motivo ninguno comienzo a susurrar, es nuestra canción.
Sentí que las comisuras de los labios se me arqueaban, pero sin llegar a sonreír. Aún así vuelvo en si, y pienso el tiempo que llevo mirando a la nada, pensando simplemente en un ser. Un ser que me ha hecho sonreír de la manera más estúpida. De la mejor manera posible. Me levanto torpemente de la cama, recorriendo un pasillo oscuro, sin estar iluminado de tus encantos y tus miradas.
Y hoy nuevamente, contemplando el anochecer desde mi ventana, vuelvo a escribir una carta para ti. Cada día te intento olvidar, pero cada vez que pertenecen a otro ser mis inocentes pensamientos, siento como mi corazón se ahoga, como se debilitan mis sentimientos...
Poco a poco, la canción llega a su fin, y me quedo sola en la habitación donde un día fue ese rincón, donde compartíamos aterciopelados besos.


Mi alma vela cada noche por tu presencia.

Lo vi alejarse por el camino de la amargura, desapareciendo con él mis ganas de seguir respirando, mis ganas de sonreír y continuar hacia delante. Vi como en sus labios se llevaba el sabor de los míos, en su piel mi aroma, en sus ojos el reflejo y la vida de los míos... Y aquí estoy, sola. Me siento como una niña pequeña, sin emociones; ni siquiera tristeza, muerta en vida. Cada noche recuerdo tu forma de mirarme, de acariciar tus labios contra los míos, de tocarme el pelo al dormir. Como anhelo ese beso en la frente cada noche, tus brazos aferrándome sin desazón...
-Nunca me separaría de ti...-
La forma de hundir tu nariz entre mi pelo. Siento tu mirada sobre mí, tan glacial, tan fría pero a la vez cargada de sensaciones...
Te necesito a mi lado. 
Mi alma vela cada noche por tu presencia

.
Y en ese momento la ves, y la miras, y pasas cerca y te roza con el brazo, y nadie más lo ve, pero tu carne está de gallina y estás a punto de sonreír como un verdadero idiota.
Pero al pasar y reconocer su olor te vuelves loco del todo, y al darte la vuelta para decir algo sólo se te ocurre un “encantado de haber coincidido contigo en esta vida”, al tiempo que tu corazón lucha por salirse de tu pecho y tiemblas tanto que en cualquier segundo caerás rendido a sus pies.


No es lo que el mundo quiera, es lo que nosotros queramos.

Silenciosas lágrimas brotaron de los ojos de ella. Parecían gotas de rocío al amanecer, apoyadas sobre una pálida y casi marchita flor. Porque él sabía que desde su discusión estaba marchita. Triste, apagada, sin sonreír con verdaderas ganas... lo sabía. Sabía que la sonrisa que mostraba cada mañana a sus amigos era falsa. Sabía realmente bien cuando sonreía sin pensar, con ganas, con alegría; no con tristeza y dolor.
Agarró su mano para que no se fuese.
-Escucha.
Dijo con voz firme, algo melancólica él. Ella se resistió, pero él tiró de ella para que lo mirase.
-Escúchame, por favor.
Dijo esta vez exigente.
-¡Está todo más que claro!
Soltó ella de golpe, estallándo en llanto.
-Te quiero. Y todo aquel que no acepte lo nuestro puede irse al cuerno.


Estás a mi merced.

Pobre e ingenua niña... sueñas con alcanzar la luna con los los dedos, y te estiras y te estiras, das saltos para lograr obtener su brillo. Sin embargo, sabes que nunca vas a llegar, nunca...

Pequeña, sueñas demasiado. Hay peores cárceles que las palabras... a veces la esperanza es la peor de nuestras cárceles...

Te golpeas contra el cristal de tu barrera ciega. ¿No ves que no tienes futuro en esta senda? Cambia la ruta, tu tiempo se acaba, el reloj de arena no cesa su cuenta, no importa cuantos granos caigan, ninguno permanecerá encerrado en la copa.

Átate a mí. Átate. ¿Prefieres morir? ¿Prefieres la soledad, el vacío, la asfixia?

Sientes que te agotas, no puedes más... Has sido derrotada. Admite que has perdido, que te he ganado. Sí, soy tu miedo, quien te habla. Estás a mi merced... Admítelo.


Pain.

¿Qué le importaba estar sangrando?
Apretó aún con más fuerza y la sangre fluyó con más facilidad, pero ni siquiera así encontró el consuelo de un dolor físico que eclipsara el dolor intangible que le atravesaba el pecho.

Pequeños detalles.

Un día más, una mañana más, una hora más, un minuto más. De nuevo, como siempre, todo en su orden, nada cambia nunca. Oh bueno, sí cambia, pero los pequeños cambios nunca son visibles, siempre pasan inadvertidos, como tantas cosas... Tantas señales, que nunca nadie se da cuenta de que son señales, pero lo son, al fin y al cabo, para aquellos que de verdad se detienen a fijarse en lo que les rodea, y dan importancia a cada detalle, por mínimo que sea.


Never cry.

Busco tus ojos en las sombras, me sumo en mi dulce amargura, amargura inmortal... me susurras en sueños, gritos del silencio, busco una estrella en mi oscuridad y tan solo veo siluetas del pasado... busco una muerte, para seguir viviendo, me hundiré en un vacío intenso, alejándome de lo que me daña... gritaré de rabia, pero jamás me verás llorar...


Solo caramelos rojos.


Continuó dándole caramelos rojos. Ella comenzaba a fruncir el ceño cada vez que él rebuscaba en su bolsillo, se metía uno de cualquier color en la boca (excepto rojo) y le daba otro a ella; rojo, como durante todo el camino.

-¿Porqué solo me das caramelos rojos?
-Deja de quejarte y toma otro. -replicó él con desinterés, enfureciéndola un poco más- De tanto quejarte me vas a amargar el sabor.
-Es que estaba fijandome de que solo me das caramelos rojos...
-¿Y para qué quieres de los otros?
-Porque me gustaría probarlos, creo que es una buena razón- dijo ella como si le mostrara algo bastante evidente.
Él alzó una ceja, burlón.
-Si a ti sólo te gustan los rojos.
Ella parpadeó, sorprendida ante semejante comentario que además era cierto.
-¿Cómo sabes que sólo me gustan los rojos?- inquirió ella, frunciendo el ceño con desconfianza.
-Deja de preguntar y sube- replicó él cruzándose de brazos, bufando hastiado y emulando cansancio por escucharla.
-No- se resistió ella- ¿Cómo lo sabes?
-¿Y qué más da?- preguntó él con desgana- Venga, sube de una vez o se cerrará.
Ella abrió la boca dispuesta a quejarse, indignada ante la sorprendente idiotez y cabezonería que parecía guiar al rubio aquel día. Puso las manos sobre sus caderas, dejando los brazos en forma de jarras para dar a entender que de allí ella no pensaba moverse sin recibir una respuesta satisfactoria.
-No pienso salir hasta que no me…


Entonces él se abalanzó sobre ella de súbito. Sintió sus labios presionando los suyos, y los separó un poco, dispuesta aunque aún algo combativa a recibir su beso. Sabía a menta, más que nunca. Una menta fresca proveniente del caramelo que se mezclaba con su natural olor salvaje y perturbador. Sintió una breve succión en su labio inferior, y jadeó suavemente. Él se separó de ella poco después, visiblemente orgulloso de sus propios actos.
Sus ojos argentados observaban con arrogante complacencia el color rojizo de sus labios.
-Cuando ibas a comprar chucherías, siempre traías el mismo sabor en la boca cuando te besaba por los pasillos- respondió con malévola diversión- Era imposible no darse cuenta.
Se relamió los labios con la lengua tras decir aquello, y ella, sonrojada ante aquella visión, trató de no repetir ese mismo gesto ella misma en un acto reflejo que la habría llevado a su perdición.

Estaba locamente enamorado de ella.

La besó, profundizó. Apretó sus labios contra los de ella, sintiendo ese amargo sabor a lo prohibido, esa sensación de no hacer lo que se debe. 
Hundió sus dedos en sus hombros, sosteniéndola, intentando que no cayese, se tambaleaba. 
La apoyó contra la pared, sintiendo sus labios reaccionar, mordiendo con delicadeza y cierta vergüenza sus labios, notando sus cálidas manos apoyarse en su pecho, aguantar el equilibrio. 
Perdiendo la cordura, él la apretó contra la pared deseando sentirla más cerca. Pero de pronto ocurrió. Escuchó un quejido proviniendo de los labios que rozaba. 
Aflorando el miedo de dañarla, suavizó el agarre y deslizó sus frías y pálidas manos por su cuello hasta sostener sus mejillas, notándolas calientes. 
Rubor. 
De pronto ella abrió los ojos, él se paró, paladeando su sabor.
Finalmente los abrió y llegó a comprender algo...
Estaba locamente enamorado de ella.


lunes, 10 de diciembre de 2012

Remember me.

Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará. Como cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice: no estás mínimamente preparado para esto; pero la otra parte dice: 
hazla tuya para siempre.  


Love actually.

Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo, pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así. A mí me parece que el amor está en todas partes. A menudo no es especialmente decoroso ni tiene interés periodístico pero siempre está ahí. Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos amigos... Cuando los aviones se estrellaron contra las torres gemelas, que yo sepa, ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza. Todas fueron mensajes de amor. Si lo buscarais, tengo la extraña sensación de que descubriríais que el amor en realidad, está en todas partes.  


domingo, 9 de diciembre de 2012

Te mutilaré la mente.

Solo ahora, cuando miro hacia atrás, veo como derribaste mis muros y entraste en mi vida, a oleadas.
-Acércate. No tengas miedo. ¿Cómo te llamas? ¿Tu color favorito? ¿Una canción? ¿Una película? No estés nervioso. ¿Estás colocado?
-He tomado una pastilla.
Me estaba esperando. Yo no le había seguido, quería huir. Y ahora, de repente... 
-Eh, pide un deseo. Pide un deseo y te verás, en un escenario, vuelto al revés, con guirnaldas enredadas en tu pelo y te quedarás gratamente sorprendido... 
Suavemente me dijo: Te mutilaré la mente.



El lado oscuro del corazón.

Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo, un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias, pero eso sí, y en esto soy irreductible, no les permito, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. 
Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo.


And. Here. We. Go!





¿Quieres saber por qué utilizo un cuchillo?Las pistolas son demasiado rápidas,no te dejan saborear... todas esas... pequeñas... emociones.

La gente cuando está apunto de morir, se muestra tal y como es. 

Así que en cierto modo yo llegué a conocer a tus amigos mejor que tú... 

¿Te gustaría saber cuales eran cobardes?




Bridge to Terabithia.


Me muevo suavemente hacia delante por el suave y hermoso mundo inexplorado submarino. 

Floto en el silencio, a corde con el sonido de mi respiración. 
Por encima nada, solo una luz brillante, el lugar de donde vengo y al que regresaré cuando acabe aquí. 
Soy submarinista. 
Practico el submarinismo. 
Bajo un poco más y veo rocas arrugadas y algas oscuras hacia un profundo azul donde me espera un banco de peces plateados. 
Al atravesar el agua las burbujas estallan, como pequeñas medusas intentando subir. 
Compruebo el oxígeno. 
No me da tiempo a verlo todo, y por eso es algo tan especial.


You're my new dream.




Brilla linda flor,
dame tu poder

Vuelve el tiempo atrás,

torna lo que ya fue.
Cura el daño ya,
cambia el azar.
El sino trócalo,
torna lo que ya fue

Lo que ya fue...




Dear diary...

Querido diario:


El amor te atrapa, a veces te hace sentir... como lo más especial del mundo... te puede hacer sentir a salvo... Te hace olvidar de todo, como si pudieras empezar de nuevo... Pero el amor también te puede descontrolar, atemorizar, como si te consumiera, hasta que no quede nada... 



El amor realmente apesta.


10 things I hate about you.

I hate the way you talk to me. 
And the way you cut your hair.
 I hate the way you drive my car. 
I hate it when you stare. I hate your big dumb combat boots.
 And the way you read my mind. 
I hate you so much it makes me sick. 


It even makes me rhyme.


I hate it… 

I hate the way you’re always right. 
I hate it when you lie.
 I hate it when you make me laugh; Even worse when you make me cry. 
I hate it when you’re not around. 
And the fact that you didn’t call, but mostly I hate the way I don’t hate you;
 not even close; not even a little bit; 
not even at all.



Real love.




You know what would make me happy? It’s to know that this entire time, that I’ve been completely in love with you, that what you actually felt for me was real. 
It is real, I know it is.