Y tú, ¿Eres o pareces?

viernes, 4 de noviembre de 2016

"Podría escribir tres libros completos describiendo todo lo que siento ahora mismo."

Quien avisa no es traidor.

El subconsciente acabó por expandirse a un nivel desorbitado, a un nivel en el que un cúmulo de pensamientos se convertían en la perfecta mezcla homogénea de adrenalina, sentimientos y traición.

Adrenalina después de la gran explosión; el gran Big Bang interno que se había recreado en la sangre, en el mismísimo músculo bombeante que manejaba el funcionamiento del órgano más importante del cuerpo... Aquel que acumulaba todo en la caja que recibía el retumbar de lo que, mediante las trompas de Eustaquio, llegaba a la cabeza.

La primera bomba atómica cayó en el corazón.

La segunda tardaba en llegar un poco más a la zona de la razón... Podría llamarse "el eco" de la gran explosión. Eran migas que aún no tenían forma completa, pero que poco a poco iban concretándose.
Era lo que daba fruto tras aquel apelmazamiento de torrentes sanguíneos que continuaban mezclándose con la adrenalina; que luchaba por transformarse en una respuesta al filo de la boca, en la punta de la lengua.

Sentimientos.

Los resultados de la guerra fueron devastadores; lágrimas, gemidos, sollozos de dolor, de placer, convicción, derrota, debilidad, palabras, caricias, banderas blancas, declaraciones...

Como detonante un simple "te quiero" correspondido.


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