Y tú, ¿Eres o pareces?

lunes, 21 de noviembre de 2016

Errores sostenidos.

Qué rabia me da sentir tan profundo.
Qué rabia me da sentirme un estorbo, una molestia, un constante grano en el culo.
Qué idiota me siento cuando creo que puedo dar más de lo que te estoy dando, 
pero más idiota me siento cuando noto que te estoy dando más de lo que quieres que te de.

Ni tanta luz, ni tanta oscuridad.
No sé mantenerme en el medio de la báscula, no sé mantener el equilibrio y me desquicio.
Temo desquiciarte, y agotarlo, y desgastarlo todo.

Anulo mis sensaciones;
o las vacío, o dejo que florezcan.
Apago el interruptor y me convierto en nada.

Siempre empecé hablándote de mi caos, 
de mis cavilaciones nocturnas, de mis
batidos emocionales... 

Nada de "¡Sorpresa!".

Aquí me tienes. 
Soy una composición de errores sostenidos.

 

domingo, 20 de noviembre de 2016

Que comience el espectáculo.

No te veo, pero sí te siento. Siento el cobijo, el calor que me proporciona tu cuerpo, ardor que me regalas y compartes en pequeños hilillos que hacen que el escozor me haga reaccionar.

Me he movido, siquiera sé cuando, siquiera sé como, pero tu aliento en mi nuca delata mi patético intento de motín...

Estúpida amazona...
¿Qué te está pasando?
¿Cuándo has comenzado a ser su marioneta, cuándo empezaste a reaccionar a su antojo?


Ahora paso a ser yo.
Suspiro.
Mierda.
Mal. Joder.
No debes mostrar debilidad.
Cierra la boca, aprieta los labios, muérdetelos hasta que sangres si es necesario... Pero no dejes que sepa que estás totalmente a su merced.
Es la hora de actuar.

Te escurres, te deslizas como la gota de agua en un cristal.
Y al fin, a pedacitos y ligeramente aturdida, logras retirarte un poco...

Y eso le incita más. Eso le hostiga; se reta a sí mismo.
El efecto mariposa; inocua provocación que abre un nuevo punto y seguido.

"Tú puedes hacerla temblar". 

Comienza el espectáculo.
Te empuja, te toca, ha llegado a un punto fiero en el que ya te has cansado de fingir.

Y te lanzas al vacío.

Y te lanzas a sus brazos, despidiéndote con sonrisa bobalicona de tu propia fuerza de voluntad.

Antes del principio ya conocías el final.



Impulsos del corazón.

Maravilloso. Maravilloso sería no estar compuesta de terremotos,
de incendios forestales capaces de desequilibrar la vida de cualquiera.

Ahora sí, ahora no, no, no, ahora quizás...

¡Que no, que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo!

¡Que no tengo ni idea de donde va a desembocar mi vida siguiendo los pasos que llevo!

Me vuelvo loca cada vez que me paro a pensar, a recapacitar, y me equivico.
Me equivoco y pulso el botón de suprimir de mi cabeza..
A empezar de nuevo.
 
¡Y me lío, y te lío, y confundo a todo el mundo!

Basta ya de darle mil vueltas a todo.
Si confiase un poquito más en mi propio criterio y no tuviera miedo...

Muchas veces las cosas serían bastante más fáciles.


viernes, 18 de noviembre de 2016

Éxtasis.

Despertarse en mitad de la noche porque me revuelves el pelo,
el leve apretón sobre el muslo mientras conduces,
el suave empujón reclamando atención cuando pasas cerca mía,
los continuos "ya paro de hacer el tonto"seguido de una tontería más tonta,
que te enfades por llamarte desastre.

La dureza en tus manos debido a tu concienzudo sacrificio,
acariciarlas bañada en sensación de orgullo.
Que se te escapen miles de apuntes y datos de entre los labios,
que me muestres y enseñes tus puntos de vista, y a ver el mundo entre llamas de fuego.
Comer plátano, seguido de manzana, seguido de lo que sea que no sea plátano.
Darme un beso.

Los sonidos ya para nada cohibidos cuando te estiras,
que no te importe saciar el frío de mis pies y manos buscando el calor de tu cuerpo
(aunque eso implique congelarte, y encogerte, e incordiarte... un poquito).

¡Que te metas con mis ojos, que me llames niña pequeña,
 que me mandes al sofá a dormir o que hagas tartas de colacao!

Hundir mis dedos en tu pelo,
el sonido de hechizos, varitas y lechuzas en la hora de la siesta,
tu cara de tonto al rascarte la barba,
tus mordiscos furtivos,
tus besos en mi hombro mientras cocino uno de mis horripilantes inventos caseros.

Lo que cada día pretendo demostrarte un poco más,
lo que cada día se me escapa solo,
y lo que ya no tengo miedo a darte de mí.

Éxtasis.
¡Vete a la playa!


lunes, 14 de noviembre de 2016

Es todo lo que escupo esta noche.

No es el momento de reflexionar.

Recapitular cada instante, sentir que la propia confusión abre betas que no debe abrir.
Abre dudas que no debe imponer... Dudas sobre algo que siquiera existe.

Siempre se trata sobre mí. Egoísta. Ególatra. Narcisista.
Siempre sobre mí y lo mal que lo he hecho, estoy haciendo, haré.
Siempre sobre dudar de mis capacidades, dudar si estoy dando lo que estoy recibiendo
(o un poquito más, siempre...)

Todo funciona demasiado bien y eso me asusta...
Supongo que estoy esperando el momento de declive, que estoy preparándome para que la caída no duela tanto después...

Estoy jodida.
Ya sé que va a doler.
Y mucho.
Y me aterra.


viernes, 4 de noviembre de 2016

"Podría escribir tres libros completos describiendo todo lo que siento ahora mismo."

Quien avisa no es traidor.

El subconsciente acabó por expandirse a un nivel desorbitado, a un nivel en el que un cúmulo de pensamientos se convertían en la perfecta mezcla homogénea de adrenalina, sentimientos y traición.

Adrenalina después de la gran explosión; el gran Big Bang interno que se había recreado en la sangre, en el mismísimo músculo bombeante que manejaba el funcionamiento del órgano más importante del cuerpo... Aquel que acumulaba todo en la caja que recibía el retumbar de lo que, mediante las trompas de Eustaquio, llegaba a la cabeza.

La primera bomba atómica cayó en el corazón.

La segunda tardaba en llegar un poco más a la zona de la razón... Podría llamarse "el eco" de la gran explosión. Eran migas que aún no tenían forma completa, pero que poco a poco iban concretándose.
Era lo que daba fruto tras aquel apelmazamiento de torrentes sanguíneos que continuaban mezclándose con la adrenalina; que luchaba por transformarse en una respuesta al filo de la boca, en la punta de la lengua.

Sentimientos.

Los resultados de la guerra fueron devastadores; lágrimas, gemidos, sollozos de dolor, de placer, convicción, derrota, debilidad, palabras, caricias, banderas blancas, declaraciones...

Como detonante un simple "te quiero" correspondido.