Y tú, ¿Eres o pareces?

martes, 9 de febrero de 2016

¿A qué sabe sentirse vencido?

"¿Ya es esta tu piel...?"

Su mano se deslizó con suavidad por mi rodilla, subiendo despacio, pero con ahínco, hacia mi muslo. No hice nada, solo apreté los labios y miré sus dientes blancos, que destacaban. No necesité decir nada para que él solo frenase, solo me miró con esos curiosos ojos azules y me sonrió.
Ya había logrado ponerme la piel de gallina... ¿O era el frío? ¿O era el alcohol? Realmente no me importaba. Había dicho tantas cosas curiosas, tantas palabras juntas con sentido, había rebatido tanto mis argumentos, había sabido defenderse ante mis acusaciones, ante mi engreída arrogancia intelectual, que en ese momento abrí la boca para hablar pero solo supe reírme de lado, con diversión.

Joder. Era débil. No me rendía ante una cara bonita (que lo era), me rendía ante su "Yo sé que puedo hacer esto, pues lo hago. ¿Es que acaso hay alguien que vaya a hacerlo por mí? Estoy muy seguro de mí mismo".

Me dí cuenta que hacía ya un buen rato que el as de mi manga había caído al suelo. Puedo jurar que actué como una auténtica gilipollas durante toda la conversación, haciendo gala de mi preciosa coraza de color rojo y negro, hasta que me di cuenta de que aquel tipo sabía callarme la boca.

Y de nuevo lo hizo, besándome.

Y qué bien supo aquella derrota.




No hay comentarios:

Publicar un comentario