Y tú, ¿Eres o pareces?

lunes, 25 de abril de 2016

"Déjame ser."

Echarla de menos se había convertido en rutina. 
Como cada día durante hacia ya mucho tiempo, había acudido en busca de todo aquello que la había aportado durante tantos largos años, como una costumbre, como algo tan habitual como lo era respirar. 

Aleteaba sus fosas nasales en busca del rastro de su somnoliento perfume, droga que un adicto habría catalogado como algo más que dura... Buscaba el placentero sonido que le había proporcionado cada guiño y cada destello de luz se había convertido en el bombear de dos corazones unidos, permitiendo así mantener latente aquella unión homogenea para ambos implicados. 

El pequeño príncipe fue el herido con punta de plata, el que sufrió el impacto y sintió el ardor en su pecho cuando, como si de una flor se tratase se tratase su tierno corazón, sintió como lo retiraban, arrancando raíces, de cuajo. Mas la afable estrella fue quien tuvo que tomar la decisión más dura; permitir ser ella misma quien dañase a su estimado príncipe. Sabía cuando daño iba a provocarle, mas, sabía cuan daño le estaba haciendo ante aquella sensación de dependencia y costumbre que habían creado desde ambas orillas. Era algo nocivo y egoísta. Algo insano e innecesario.

Llegó el momento pues, una vez lo supo de verdad, que la dulce estrella tomó su decisión y se armó de valor; era hora de partir. Y es que ellos ya no se querían, ya no se necesitaban, se habían acostumbrado a vivir en compañía y aquello les estaba consumiendo cada vez más, transformándoles en algo que realmente no eran... Era cierto también que la brillante estrella apreciaba demasiado su esencia.

Pero el tiempo pasó, y fue entonces cuando ambos se dieron cuenta de que no era necesario fundir dos corazones para poder perdurar, que otras cosas buenas sucederían (y sucedieron) con el paso del tiempo, sin tener la necesidad de sustituir las anteriores (pues borrar recuerdos, por muy dolorosos que puedan parecer en ese momento, es el mayor sinsentido del hombre), y que lo verdaderamente importante era únicamente confiar en uno mismo para poder evolucionar.

 Aún así, alguna noche de verano volverían a verse.


No hay comentarios:

Publicar un comentario