Y tú, ¿Eres o pareces?

miércoles, 12 de agosto de 2020

No me entiendo ni yo.

 "De todo se aprende."


Eso es lo que se suele decir tras haber asumido haber vivido un momento de mierda y haberte olvidado de la sensación que te hizo sentir, al menos, corporal, aunque siempre quedará el recuerdo. Es solo un mecanismo de defensa de nuestro propio cerebro para poder seguir errando, y aprendiendo, y errando... pero muchas veces vuelve a florecer en nuestro interior esa sensación desagradable que nos desestabiliza.

Sueles esforzarte para no olvidar ciertas cosas (además de tomarte la píldora todos los días), cosas que son relevantes en la corriente de tu vida, para que esta continúe fluyendo después de un gran batacazo ya superado. Cosas que no quieres volver a sentir nunca, sensaciones frías, gélidas, de haberte entregado a una causa y haber sido absorbido por ella, de haber perdido el control de ti mismo, de haber sido controlada por algo o alguien sin tu propio consentimiento. 


Hay sensaciones que no quieres olvidar jamás porque no quieres volver a vivir, piensas que de volver a caer en ellas tu cuerpo no podría aguantarlo, pero tu mente... tu mente explotaría, como una bomba de relojería a la que las manecillas le fallan justo a medio segundo de llegar al fin de la cuenta atrás. Es la sensación de incertidumbre, la imaginación que se expande de manera negativa, el frío en los huesos, las ganas de llorar que se atascan en tus ojos y no te permiten que el cortocircuito por fin cortocircuite. 


No sé aún como referirme a esta sensación... ¿Es miedo, ser precavido, llevar los pies de plomo, autocontrol, quizás es protección?  ¿Cómo hacer que solamente destaquen las cosas positivas, el aprendizaje, cuando nos esforzamos tanto en conocer el dolor? Queremos hacer las cosas tan perfectamente bien para nuestro propio bienestar que muchas veces no nos damos cuenta y somos nosotros mismos quienes nos limitamos. Así no se vive. Así no se puede vivir, hay que dejarlo fluir, pero, ¿cómo? Somos humanos con mucho miedo al dolor. 


Algunos más que otros.

Pero queremos vivir. 

Queremos sentir, hasta que nos duela.