Y tú, ¿Eres o pareces?

jueves, 24 de mayo de 2018

Debemos conocer el dolor para construirnos.

No todo fracaso es una derrota.

La vida es como un péndulo; no sabes en qué lugar vas a caer tras dejar otro movimiento atrás.

Se aprende, con dolor se aprende, por muy jodida que suene la idea.

No aprendemos si no valoramos lo que es el dolor; porque es éste quien nos enseña que es lo que queremos o no en nuestra vida. Lo que queremos mantener, por lo que queremos luchar, lo que queremos sentir cada día en nuestra piel y queremos disfrutar. Las sensaciones que sabemos que un día echaremos de menos, las sensaciones que sabemos que no queremos sentir jamás...

Pero sin caer en el error no conocemos nada de esto; solo vacío.

Un folio en blanco en el que únicamente hay algún que otro pintarrajo basado en ideas previas a nuestra forma de ser y actuar, al ser que hemos ido creando.

Irrelevante; porque la gente cambia. 

Cambiamos, maduramos, crecemos, aprendemos, avanzamos... Hasta el día de nuestra muerte no somos la persona completa que debemos ser. Hasta el último aliento no nos hemos realizado. Hasta el último momento tenemos el poder de cambiar las cosas, de hacerlo mejor (o peor), de arrepentirnos aunque a veces de poco sirva.

¿Merece la pena sangrar para después cicatrizar de nuevo?

Merece la pena querer conocernos; aunque lo perdamos todo en el intento...
Sin arriesgarse, no se vive de verdad.
Sin arriesgarse, no se puede ser feliz en cuerpo y alma.


Un paso adelante más.