Y tú, ¿Eres o pareces?

martes, 13 de septiembre de 2016

¡Es el fin de esta farsa!

Debió suceder por querer plantar los pies en la Tierra por una vez en la vida.
Seguramente que ocurrió por la necesidad de, por esta vez (y aunque con pocos datos, los suficientes) querer darle otro sentido a aquel momento de trance.

Acostumbrada a que las victorias golpeén mi hombro al pasar por mi lado, a que las promesas se evaporen al compás del rocío de la mañana en un lugar repleto de altos picos y montañas, a que los buenos momentos se acaben por voltear, me miren de reojo y rían a carcajada limpia apuntándome con el dedo al avieso ritmo de "Jamás te podrás desenganchar de tu círculo vicioso, pues tú lo has creado"... Me felicito.

Porque está ocurriendo, me he dado cuenta de que puedo ser una mejor persona, y que incluso puede que me lo merezca. Puede ser que no todo lo malo deba llevar mi nombre siempre.
Puede que haya empezado a ver esa luz verde al final de la oscuridad del túnel de mi cabeza.